El escritor, actor, director y docente marplatense comparte uno de sus cuentos surgidos del taller de narrativa dictado por Emilio Teno y Mariano Taborda con la sección "Entretextos, literatura de acá".
Choi Lim-sung subió por las escaleras metálicas. La azafata le dio la bienvenida. Choi Lim-sung miró el ticket. Avanzó por el pasillo mirando los números. Su asiento era el 2C de la clase ejecutiva. Choi Lim-sung saludó. El pasajero del 2A miraba por la ventanilla. Al oír su voz giró para responder al saludo. Choi Lim-sung lo reconoció de inmediato. El pasajero del 2A dio un grito y se arrojó por la ventanilla. Choi Lim-sung despertó. Sudaba. Estaba tendido en su cama. Baja y angosta. Solo había sido un sueño. Nada más.
Se había dormido vestido. Con los ojos cerrados comenzó a rastrear en su cabeza. Se vio caminando solo hasta su pequeño departamento mientras comía una hamburguesa. Se vio bajando del metro en Samsong. Se vio rodeado de muchos jóvenes como él. Se vio eufórico cuando JSJ irrumpió en el escenario. Recordó entonces que era sábado. Recordó que al día siguiente no trabajaba. Sintió alivio al saber que no tendría que apresurarse para no llegar tarde a las oficinas de la NTS donde se dedicaba al mantenimiento de redes y cámaras de seguridad.
Buscó el smartphone. Solo por curiosidad googleo JSJ. Que Jang Seok-ji era su verdadero nombre ya lo sabía. Aunque ignoraba que era natural de Busán. Buscó en la galería los videos que había grabado durante el concierto. Tuvo intención de subir alguno a Instagram pero el sueño lo venció.
Pasado el mediodía Choi Lim-sung despertó. Sentado en su cama, baja y angosta, vio el smartphone en el suelo. Dejó descargando los videos del concierto en la notebook. Más tarde los editaría y los subiría a las redes. Se cambió la remera después de ducharse. Salió a caminar y terminó como casi todos los domingos en la reserva de Jingwansa. Al doblar en uno de los senderos se encontró con Yoo Sang-soo. No lo había vuelto a ver desde que habían concluido el servicio militar. A los dos los alegró el reencuentro y continuaron recorriendo Jingwansa juntos. Frente a una picea se sacaron una selfie. Luego se tumbaron a su sombra.
Bajo la sombra de la picea, Choi Lim-sung le contó lo que había soñado. Yoo Sang-soo le dijo que tenía un primo en Busán, Byung Hun-kim, que había sido muy amigo de JSJ hasta que audicionó para la S.M. Entertainment y se instaló en Seúl.
Choi Lim-sung y Yoo Sang-soo prometieron volver a verse pronto. Se despidieron y cada uno tomó por un sendero diferente.
El miércoles por la tarde mientras trabajaba Choi Lim-sung recibió una notificación. Esa noche JSJ lanzaría un trailer de Exodus, su nuevo sencillo. De camino a su departamento compró una porción de pollo frito y ensalada. Los comió al llegar. Después de ducharse encendió la notebook. Desnudo se sentó en su cama, baja y angosta. Se entretuvo en Youtube con un mix de JSJ mientras esperaba el lanzamiento.
El tráiler de Exodus no duraba más de cuarenta segundos. JSJ vestía un traje brillante color salmón. Tenía el pelo verde. Lo acompañaban dos bailarines vestidos con trajes blancos y el pelo violeta. Los tres bailaban en la puerta de un cine de paredes coloridas. JSJ estaba en el centro.
Choi Lim-sung puso el tráiler varias veces. Estudiaba detalles, movimientos, miradas. Cuando la cámara hacía primeros planos de JSJ pausaba el video para observar su rostro. Choi Lim-sung decidió que quería tener las cejas rectas. Lo haría cuando cobrara la quincena. Compartió el trailer en sus redes luego de comentarlo. Apagó la notebook. Se quedó tendido en la oscuridad hasta que el sueño lo venció y se vio parado frente a su cama baja y angosta en donde alguien dormía. Lo reconoció por el traje brillante y salmón. Y por el pelo verde. Lo observaba dormir. Hasta que JSJ despertó y lo vio parado a los pies de la cama. Gritó. Fue devorado por el colchón. En ese momento Choi Lim-sung despertó y sintió su cuerpo rígido. La imagen de JSJ tendido en su cama volvía una y otra vez. Y una y otra vez JSJ era devorado por el colchón.
Esa imagen recurrente se fue mezclando con otras: la sombra de una picea en la reserva de Jingwansa, la voz de Yoo Sang-soo diciendo un nombre, la ciudad de Busán. Fue entonces que Choi Lim-sung urdió la trama. Su plan requería disciplina y paciencia.
En la cocina bebió una botella de agua helada. Volvió a la habitación y se puso un calzoncillo. Encendió la notebook y pasó la noche trabajando. Recorrió páginas, hurgó en las redes sociales, buceó en comentarios de Youtube, consultó foros. Encontró lo que buscaba. Creó dos perfiles falsos. Uno bajo el nombre de Pyung Won-ko, para comunicarse con el primo de Yoo Sang-soo. Para Noxaeng sería simplemente DoB.
El jueves Choi Lim-sung salió de las oficinas de la NTS y entró en la estación de Honje. Compró un cono de pescado frito. Mientras comía en uno de los bancos del andén le escribió a Byung Hun-kim.
Hola
Soy Pyung Won-ko periodista de la SBS MTV
Somos amigos con Yoo Sang-soo
En el canal estamos preparando un especial sobre JSJ
Yoo Sang-soo me comentó que fuiste su amigo cuando eran niños
Me gustaría hacerte algunas preguntas
En mi perfil puedes ver algunos de mis trabajos más recientes
Aguardo tu respuesta
Muchas gracias
Choi Lim-sung arrojó el cono vacío en un cesto de basura y subió al metro. Cuando bajó en Samsong, Byung Hun-kim le había respondido.
A las 7 AM del domingo Choi Lim-sung abordó el tren en la estación de Samsong. Cuando descendió en la estación de Busán a las 10:30 AM su nombre era Pyung Won-ko. Vestía un traje gris. Y era periodista de la SBS MTV. Como habían acordado, Byung Hun-kim lo aguardaba para recorrer los sitios que frecuentaba junto a JSJ en su infancia. Visitaron primero la playa de Oryukdo. Allí almorzaron. Byung Hun-kim se dejó filmar en el sitio exacto donde se recostaban al salir del mar. Frente a la escuela Minan le contó cómo se sonrojaba JSJ cuando lo sentaban con alguna niña. Finalmente llegaron a la casa donde JSJ había vivido cuando niño.
Su madre los recibió con té y yaksik. Luego de algunas preguntas banales Pyong Won-ko quiso saber dónde dormía JSJ. La madre lo guió hasta la habitación. Pyong Won-ko preguntó si podía tomar algunas imágenes. La madre accedió. Aprovechó cuando ella fue en busca de un vaso de agua para hurtar un par de medias. A las 6 PM Choi Lim-sung regresó a su pequeño departamento en Seúl y se quitó el traje. Descargó los videos en la notebook y cerró todos los perfiles de Pyong Won-ko.
El martes JSJ daría un V-Live. Choi Lim-sung siguió el evento con las medias que había robado sobre la falda. JSJ anunció que realizaría un Fan Meeting la semana siguiente. Cuando llegó el momento de las preguntas Choi Lim-sung quiso saber qué añoraba de Busán. Las tardes de verano en la playa de Oryukdo y los yaksik de mi madre respondió JSJ. Al finalizar el V-Live, Choi Lim-sung decidió que no asistiría al Fan Meeting. Utilizó el perfil de DoB para contactar a Noxaeng.
Una semana después Noxaeng lo esperaba a bordo de un auto en una esquina poco iluminada. Choi Lim-sung le entregó las medias que había robado y una suma de dinero. Noxaeng lo invitó a subir. Dos horas después, cuando finalizó el Fan Meeting, siguieron con prudencia la camioneta en la que viajaba JSJ. Lo fotografiaron en un restaurante de comida italiana. Luego entrando a una discoteca. Más tarde lo siguieron hasta la lujosa torre donde vivía. A las 6 AM Noxaeng dejó a Choi Lim-sung a la vuelta de su pequeño departamento. Ese día llegaría tarde al trabajo.
Durante un mes Choi Lim-sung se dedicó a vigilar la lujosa torre donde vivía JSJ. Durante dos meses se dedicó a cortejar a Han Su-bin, la joven empleada doméstica de JSJ. Al tercer mes, aprovechando la ausencia de JSJ que estaba de gira por Japón, ella invitó a Choi Lim-sung a pasar una noche en el apartamento. Choi Lim-sung supo que esa sería su única oportunidad. Habían terminado de cenar cuando la joven Han Su-bin fue al baño. Choi Lim-sun aprovechó para llenarle la copa con vino. Luego bebieron. Se besaron. Han Su-bin cayó en un sueño profundo. Dos horas le bastaron a Choi Lim-sung para colocar las diminutas cámaras en el cuarto. Dos horas fueron suficientes para concluir la trama que había urdido con disciplina y paciencia.
Cuatro días más tarde, Choi Lim-sung se sentó en su cama. Baja y angosta. Encendió la notebook y vio cómo JSJ entraba en la habitación del apartamento de la lujosa torre en que vivía. Lo vio quitarse la ropa. Lo vio meterse desnudo y sólo en la cama gigantesca. Lo vio dormirse. Cuando empezaba a amanecer decidió que ese día no iría a trabajar.
Alejandro Comercci nació en Mar del Plata. Es actor, director, iluminador y docente teatral. Se formó en el Instituto de Arte Teatral de El Séptimo Fuego. Realizó seminarios con Claudio García, Renzo Casali, Norberto Presta, Ricardo Bartís y Gustavo Martincic. Participó en diversos espectáculos, entre los que se destacan “Burlerías para Arlt” (2006), “Maximiliano, diez años después” (2007), “La prueba de lo contrario” (2010), “El permiso” (2011), “Una pequeña historia de diciembre del 75” (2013), “El regreso” (2014), “Operación Sunday Horse” (2015), “Ensayo sobre el miedo” (2018), “Tártaro. Horizonte de sucesos” (2019) y “Jirones de una estrella negra” (2022). Como docente se desempeñó en el Centro Cultural América Libre. Allí coordinó junto a Martín Cittadino el Taller de Formación Actoral y formó parte del equipo docente de Praxis, Escuela de Formación Teatral. En el ámbito literario participó del Taller de Narrativa, Análisis y Escritura coordinado por Mariano Taborda y Emilio Teno.